El Voto Único Transferible se caracteriza por ser un sistema proporcional, aplicado sobre una circunscripción multipersonal reducida. El elector selecciona a sus candidatos, ordenándolos según sus preferencias. Por tanto, en la papeleta de voto no aparecen listas ni tampoco los nombres de los elegidos se marcan con una «X», ni se elige un único representante por circunscripción. El elector otorga los números «1», «2», «3», etc., a sus candidatos preferidos.
En el proceso de recuento de votos, un candidato es elegido si supera una cantidad dada de votos como «1ª preferencia». Las papeletas de los candidatos ya elegidos, junto con las del candidato menos votado, son revisadas. Y leyendo la «2ª preferencia» son transferidas a los candidatos que restan. El proceso se repite en las preferencias «3ª», «4ª»,… hasta seleccionar el número de representantes. Para una descripción más detallada se acompaña un pequeño ejemplo.
Básicamente, el elector dice con su papeleta: «Doy mi voto al candidato A (1ª preferencia). Si no puedo ayudarle por que tiene más votos de los que necesita, o por que tiene tan pocos que no puede ser elegido, entonces no quiero malgastar mi voto, daré mi voto al candidato B (2ª preferencia). Y si tampoco puedo ayudarle, lo daré al candidato C (3ª preferencia), etcétera.»
¿Cuál es la cuota?
La cuota para miembros titulares es: Cantidad de votos válidos/(19+1) + 1 La cuota para miembros suplentes es Cantidad de votos válidos/(10+1) + 1 quitando los candidatos ya elegidos como titulares. Una vez elegidos los miembros suplentes se realizará por 10 veces la siguiente cuota a fin de determinar el orden de los mismos con la siguiente cuota: Cantidad de votos válidos/(1+1) + 1.
El Voto Único Transferible reúne muchas de las características positivas del resto de sistemas electorales, y también sus propias virtudes:
- El VUT es altamente proporcional (% de escaños tiende al % de votos), es decir, las minorías importantes no son expulsadas del sistema. Los sistemas mayoritarios unipersonales y algunos de listas son muy poco proporcionales, provocando el bipartidismo sin que éste tenga un apoyo social real.
- La selección de los candidatos es nominal, con nombres y apellidos, eliminando en parte el control de las dirigencias de los partidos. Los sistemas de listas provocan que los candidatos primero sean «elegidos» por las dirigencias y sólo después por los electores. Algo parecido termina ocurriendo en los sistemas mayoritarios unipersonales: numerosas circunscripciones sólo tienen un candidato por partido, es decir, a todos los efectos es una «lista unipersonal» cerrada.
- El VUT logra una alta proporcionalidad, incluso con circunscripciones multipersonales (o plurinominales) pequeñas. Frente a las anónimas y grandes “listas sábana”, el elector tiene la posibilidad de realizar un seguimiento personalizado de sus representantes. Desaparece el voto malgastado o el inaceptable chantaje del voto inútil.
- Resulta inviable o inútil la manipulación de los límites geográficos de las circunscripciones unipersonales. Algo frecuente en los sistemas mayoritarios.